Asalto

Recientemente ha aparecido en algunos medios de comunicación la noticia del asalto a la sede de la SGAE llevada a cabo en Madrid. Esta vez me gustaría preguntarme por qué hemos llegado a esta situación y ver las alternativas para luchar contra el canon. El principal problema es sin duda nuestros políticos, en este caso concreto han, simplemente, legislado en contra del bien común: aunque algunos partidos podrían haber sacado tajada política posicionándose en un NO rotundo a la reforma (como hacen con asuntos tan serios como el terrorismo o la inmigración) los dos grandes partidos y casi todos los partidos minoritarios votaron a favor. Nuestro sistema nos ha llevado a esta situación en que los representantes políticos son títeres en manos de lobbies, es necesario que los políticos tengan un conocimiento profundo del asunto antes de votar, me niego a pensar que todos ellos son ilustrados cuando la realidad es que solo han estudiado derecho o políticas y son manipulados por grupos de presión y asesores.

Pero el problema no está causado exclusivamente por las altas esferas, la gente desconoce la ley: cuando alguien conoce el asunto lo primero que piensa es lo injusto que es el canon, el problema no es si la causa es justa sino que a la mayoría de la gente le es desconocida, amen de que los que tenemos una ligera idea del tema no hacemos lo suficiente. Postear en nuestros blogs o escribir libros no ha sido suficiente para parar la reforma de la LPI. La otra parte afectada es el tejido empresarial: las empresas españolas fabricantes de soportes están cerrando, las empresas que venden dichos soportes están viendo como sus márgenes se reducen e incluso les demandan el canon retroactivamente lo que supone aun más pérdidas; obviamente, el canon repercute también en el precio de estos bienes cuando llegan al usuario final lo que conlleva un descenso de ventas. Con la nueva LPI este mal se extenderá a las tiendas de telefonía móvil, impresoras, etc.

La solución al problema pasa, desde mi punto de vista, por la reforma de la ley en beneficio de la ciudadanía y dejar sin poder a las gestoras de derechos de autor: en diversos foros los representantes de las entidades gestoras se pavonean de representar a miles de personas, pero si hablamos de cifras los internautas somos más de 1000 millones. Estas entidades, que en teoría surgieron para proteger los derechos de los artistas, se han convertido en monstruos que hacen cualquier cosa por dinero: nos llaman piratas, pendejos electrónicos, nos envían spam, debemos pagarles un diezmo, arruinan nuestras empresas, nos denuncian, adoctrinan al poder judicial para que luche contra nosotros y modifican la ley según les convenga. Javier de la Cueva está llevando a cabo una loable iniciativa para cambiar la ley y desde todos contra el canon se está llevando a cabo un esfuerzo por aglutinar a particulares y empresas.

Bajo este ambiente entiendo que en el movimiento anticanon debe haber de todo, incluso radicales, pero dudo que pueda calificarse de radicales a alguien que el mayor destrozo que ha causado ha sido pegar monedas a un edificio, la única pega que tiene este tipo de acciones es que son carnaza para que los medios nos tachen de radicales. No obstante, esta acción de desobediencia me hace imaginar otras como la primera negra que se sentó en los asientos para blancos o la lucha del colectivo gblt por sus derechos en contra de la legalidad en algunos países. Acciones de este tipo me hacen pensar que el movimiento va por buen camino, es un primer aviso: nos estamos hartando.

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