Conexiones invisibles

No puede dejar de sorprenderme el hecho de que, al hablar con alguien, cuando ataco los canales de televisión que ve, las emisoras que escucha o los periódicos que lee, se lo tome como un ataque a su persona. Debe haber una conexión, un lazo invisible entre sus cerebros y sus medias, quizá están conectados a ellos y no es más que la lógica respuesta por la supervivencia de ese sistema. O quizá es que descubren que cuando te casas con alguien parcial, cuando solo das por válida la información que viene de un lado, debes protegerlo, aunque sea tu martirio, aunque dirija sus palabras en contra de toda lógica debes protegerlo porque sino no eres nadie, no eres nada.

Y por aquí somos muy dados a la endogamia informativa, lo hacemos muy bien cuando se trata de cerrarnos puertas, de ponernos anteojeras como si fuéramos bestias para ver solo en una dirección, para ver únicamente el camino obligadamente correcto. Lo siento cada día tanto en la izquierda como en la derecha, tanto en los moderados como en los radicales y también en los que dicen que pasan: ahora que tenemos la libertad para pensar sobre todo nos ceñimos a guiones escritos por directores desconocidos.

Pero te contaré un secreto: no tiene sentido.

Al igual que parece desesperadamente estúpido ser de un equipo de fútbol, de cualquier otro deporte o de cualquier patria solamente porque te parece la mejor (dado que tarde o temprano perderá y entrará en crisis, cosa que no aceptamos fácilmente), alinearse con unas ideas políticas estáticas y prefijadas tampoco tiene sentido porque más pronto que tarde te defraudarán: muchos se corromperán, todos legislarán en tu contra, omitirán cuidadosamente tratar asuntos que consideras fundamentales, harán leyes que te perjudicarán y por un segundo pensarás que no les volverás a votar; aunque el miedo a ser tú hará que lo sigas haciendo toda tu vida.

Y sino haz la prueba, por ejemplo (hablaré del psoe porque está en el poder pero se puede sustituir por cualquier partido), cuando el psoe legisle contra lo público o contra las libertades habla sobre ello con alguien afín al psoe y sensible a estos temas; en mi caso me he encontrado con evasivas y resignaciones tipo ‘nadie es perfecto’. Pero claro, decir que nadie es perfecto cuando han creado toda una legislación en tu contra no es salirse del guión sino seguir lo pactado. Con los dedos de una mano y me sobran puedo contar las personas que conozco y que por un motivo similar han dejado de votar a un partido; las demás, la inmensa mayoría, prefieren seguir la senda marcada: nunca cambiarán su voto, negarán que les han decepcionado, que el que tiene ideas politizadas está abocado a la desesperación y que lo que vemos, leemos y escuchamos es el opio de un espíritu ausente.

Sin embargo, y a pesar de las dificultades, siempre hay gente que surge. Hoy me gustaría aprovechar este humilde púlpito para apoyar a Pablo Soto en un juicio donde hay mucho más que dinero en juego, en él se está acusando sin fundamentos la libertad de creación, innovación y empresa con fines puramente mediáticos, parece que las entidades de gestión, warner, universal, emi y sony-bmg han inventado un nuevo término: inquisición 2. 0. Por el bien de las personas, la sociedad, las empresas y el estado esperemos que la lógica prevalezca.

disculpenlasmolestias.com

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