¿Protectores?

5. ¿Por qué es necesario proteger la propiedad intelectual?
Los derechos de propiedad intelectual otorgan además del reconocimiento a los creadores, la retribución económica que les corresponde por la realización de sus obras y prestaciones. Es también un incentivo a la creación y a la inversión en obras y prestaciones de la que se beneficia la sociedad en su conjunto.

Quizá a veces pecamos de pensar demasiado mirando hacia la economía. Hay quien, además de la economía, piensa en otros valores que puede ganar, incluso a veces renunciando a la ‘protección’ que e ofrecen las leyes.

Un caso de autopubicación es el de Rafael Fernández (a mi me deja cierto regusto a Robert Crumb pero con el toque de aquí): dice ser escritor y quiere publicar un libro, el problema es que ninguna editorial publicaría sus historias sin censurarlas, por eso está financiando la publicación de su libro con los donativos de sus lectores, además, cada lector que realiza un donativo puede acceder a una parte privada de sus historias y la portada ha sido seleccionada por los lectores.

Disney, defensora de las posturas más radicales del copyright, parece que empieza a ver la luz y comienza un nuevo modelo de negocio en el que emitirá gratuitamente sus series por internet, acompañadas de publicidad, de forma que usando los medios contra los que luchaba seguramente obtendrá importantes beneficios. Aunque esto no es nada nuevo (desde hace tiempo se puede acceder a emisoras de radio y televisión por internet), la novedad es que lo vaya a hacer Disney.

El Comiket es la mayor feria de doujinshis (cómics dibujados por aficionados y seguidores) con cerca de 350.000 asistentes y se celebra dos veces al año en Tokio. Los doujinshis representan un gran paso adelante puesto que al ser autopublicados por sus autores no están sujetos a censura gubernamental ni editorial. Pero lo verdaderamente importante es que la ley de derechos de autor queda suspendida en el Comiket durante los tres días que dura el evento, con el fin de que los creadores puedan hacer doujinshis usando cualquier personaje, de forma que legalmente pueden crear finales alternativos, parodias o relatos sexuales con personajes conocidos.

Tres ejemplos a nivel personal, empresarial y gubernamental son más que suficiente para tumbar las declaraciones en apariencia contundentes de la web del ministerio de cultura, donde hayan hechos que se quiten las palabras.

Este texto también aparece en disculpenlasmolestias.com

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